Cuando ves una película con villanos y héroes, ¿con qué frecuencia te sientes triste cuando matan a los malos o van a la cárcel?
Puede sentir una punzada de dolor por el desperdicio de una vida humana, pero en comparación con la muerte de un héroe o un niño inocente, podría importarle menos el destino del malo.
Las diferentes emociones que sientes en esa situación son el resultado de tus valores. Los valores (el resultado del pensamiento) sirven como intermediarios entre un evento o estímulo y una respuesta emocional. Esencialmente, sus valores determinan cómo responder a un evento, y los valores pueden ser elegidos conscientemente.
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Si bien muchas veces sus valores se eligen de manera implícita (es decir, de manera inconsciente) como resultado de su entorno, educación, experiencias y educación, al dirigir sus pensamientos hacia ellos conscientemente, puede redefinir sus valores y, por lo tanto, sus respuestas emocionales. Este enfoque se utiliza en la terapia cognitiva (sustituida por la terapia cognitivo-conductual), creada por primera vez por Allen Beck en la década de 1960 para ayudar a las personas a superar la depresión y la ansiedad.
Si elige sus valores a través del pensamiento consciente, puede controlar la respuesta de la emoción a prácticamente todo. La clave es asegurarse de que sus valores estén firmemente arraigados en la realidad y replantear su perspectiva en situaciones difíciles. No puedes simplemente decidir cambiar tu ira por felicidad, pero puedes decidir qué te enoja, según tus valores.
Ejemplo:
- Un compañero motorista bofetea mi auto mientras conduce en una fuerte tormenta. En lugar de enojarme y gritarles, reconozco que probablemente se hidroplanearon y no tenían control sobre su auto. Es posible que no hayan hecho nada y que el accidente no haya sido culpa suya, por lo que no hay razón para estar enojado con ellos. Valores: Razón y Autoestima.
- Ahora bien, si valoro implícitamente la venganza o el castigo, más valoro el uso de la razón (y mantengo mi autoestima), podría comenzar a gritar y romper todas sus ventanas. Dos respuestas muy diferentes al mismo evento.
En resumen, no, las emociones no son estrictamente una opción. Pero a través del esfuerzo consciente, puede asegurarse de que sus respuestas emocionales estén alineadas con las cosas que realmente valora, en lugar de los valores implícitos y subconscientes que ha alcanzado al azar a lo largo de su vida.