Llevo tirantes invisibles. Tengo 17 sets en total y actualmente estoy en el 13er set. Cada conjunto debe ser usado por 2 semanas.
Los dos primeros días de cada serie duele súper mal. SUUPPPERBAAD.
Se siente como si me hubieran puesto una cuerda apretada entre los dientes. Esta cuerda apretada luego se junta contra mis mandíbulas y atormenta los nervios de mi mandíbula para rendirse. Luego se abre paso a mi estómago y daña mi apetito y una parte de mi alma. Es esa effing dolorosa.
Una vez que haya vivido con éxito los dos primeros días, estoy listo. La eliminación constante de los aparatos ortopédicos cada vez que tengo que comer ayuda mucho, ya que hace que los aparatos sean un poco más portátiles y me familiarice con el dolor.
- Cuando estás triste y realmente te duele, ¿qué debes hacer?
- A veces siento que soy la persona más estúpida del mundo. ¿Qué tengo que hacer?
- Cómo sentir el nombre de Eugene
- Cómo no dejar que tus emociones afecten tus decisiones.
- Cómo dejar de sentirte tan débil e inseguro.
Cuando usé el set 13, me vi obligado a hacer un viaje gratis al infierno. Oh querido señor, ¿te dolió? Fue el peor y clasificado casi cerca del dolor desde el primer set. Inmediatamente me quité los frenos y lloré por dos minutos. Fui y puse de nuevo el juego 12 y aprecié la alegría de conocer. Mi buen set 12 de ol.
Utilicé el set 12 para otra semana y me preparé mentalmente para el set 13.
Necesitas esto, Saumya. Le costó una fortuna. Además, esto es para bien. Mejor sonríe es una mejor tú. Además, cuesta una fortuna. LA FORTUNA, Saumya. Además, las lagunas. El costo. ¡Hazlo! No tienes elección, nena.
Bueno. Tomé el 13er set y me lo puse. Dolía pero era factible. Sobreviví. ¿Fue porque hice todo el discurso de las chicas go-get-it? No. Fue porque tenía que hacerlo. Esa es la única manera de avanzar aquí.
Esta. Así es como reacciono ante cada cambio.
Acepto que está sucediendo. Me ocupo del dolor. Lloro. Yo lloro Me lamento Yo pisar fuerte Yo creo un alboroto. Me doy un discurso. Tengo que pasar por esto, digo. Lo acepto de verdad esta vez. Todavía duele, pero estoy bien.
Espero, nah, rezo para que este cambio sea para mejor yo.
Si no, no es como si tuviera una opción, ¿no? No es que el cambio venga con una carta de permiso y me respete cuando rechazo cortésmente.
Tengo que seguir adelante. Así que hago.