Use esta frase: no podemos ser perfectos, pero podemos ser perfeccionistas.
Es verdad, no hay ser perfecto, pero es posible desarrollar una actitud hacia la excelencia, esto requiere saber con quién estás trabajando y empoderarlos.
Es un proceso, no una cualidad. No solo se trata de llegar a cada individuo, sino también de crear un ambiente cómodo para que la creatividad y la comunicación prosperen.