En primer lugar, al determinar si detenerse en ello le está haciendo algún bien real. ¿Realmente te está preparando para algo, o simplemente está viviendo, sin logros?
En segundo lugar, al tener amigos o familiares que te conozcan bien, con los que puedes hacer verificaciones de la realidad, para ver qué piensan. Ayuda preguntar al menos a dos personas diferentes, y ayuda si sientes que tienen básicamente una visión del mundo similar a la tuya.
Para verificaciones de la realidad, debes poder explicar en qué estás pensando, con algunos detalles. Entonces, realmente necesitas confiar en las personas con las que compartes. A veces estarán equivocados, pero hacer una comprobación de la realidad es tu mejor apuesta si crees que vas demasiado lejos.
Tercero, escribe tus reflexiones en un diario. A veces, el simple hecho de poder capturar tus pensamientos te ayuda a detenerlos en tu cabeza. Repetimos lo que tememos que no tenemos sólidamente en nuestras mentes. Así que si lo escribes, tu mente puede relajarse un poco, sabiendo que lo tienes guardado en un libro o archivo.