Creo que muchas personas no son confrontativas por naturaleza, y a nadie le gusta ser el portador de malas noticias. Las rupturas pueden ser feas e incómodas, y es difícil juzgar exactamente cómo reaccionará alguien.
Como hombre, también odio ser el que termina las cosas, y prefiero que la otra persona lo haga. Nunca me siento tan mal por la ruptura si es su decisión también.